La literatura ha sido y es uno de los vehículos culturales más importantes de la humanidad. La historia del arte no se entiende sin las palabras, ya sean orales o escritas. A su vez, el ingente patrimonio literario universal se ha ido construyendo académica y normativamente desde los centros de poder y control.
Esto ha originado que a lo largo del tiempo se haya conformado en la oscuridad, en los márgenes, en los espacios extramuros, en el otro lado de todo, una producción literaria que no respondía a las exigencias del control, a las imposiciones del sistema que decidía qué era literatura y qué no. Sobre todo, qué era buena literatura y qué no.
Partimos de este punto para fijar nuestra atención sobre la producción literaria que se ha desarrollado en los márgenes y que ha tenido como autorías firmantes a las raras, las proscritas, las ácratas, las apócrifas...
Esta comunidad de autorías y textos, pese a haber sufrido el ocultamiento, la ignorancia, la discriminación y la humillación, ha sobrevivido al tiempo y a las vicisitudes y vive en la actualidad un especial momento de reivindicación y visibilización.
Tanto energías investigadoras como voluntades artísticas están decididas a arrojar luz sobre esta parte fundamental de la historia literaria y situar en las primeras filas de los estudios y acciones literarias una cuestión fundamental: la literatura creada en los márgenes ha rodeado con tal fuerza a los supuestos centros que resulta imposible continuar despreciándola.
Por todo ello, Rarezas, literatura y márgenes surge como una acción de visiblización y reivindicación de las literaturas y autorías que han permanecido en un olvido general y que ahora rompen con el silencio impuesto para reescribir y deconstruir las historias de las literaturas.